Mientras hay presuntos abusos a trabajadoras y exigen más dinero al IMSS, otros avanzan y empresas y usuarios comienzan a abrir los ojos.
Mientras las guarderías del IMSS se encuentran cerradas o parcialmente abiertas, han venido ocurriendo cambios en el entorno donde deberían desenvolverse y en las políticas del IMSS.
Primero, se están haciendo más frecuentes las quejas y denuncias de las trabajadoras de guarderías acerca de los presuntos abusos que sufren por parte de directivos y dueños de guarderías: desde despidos sin liquidación y pagos reducidos, hasta corresponsabilizarlas de las bajas inscripciones de niños. Como casos de gente presuntamente amenazada con perder un mes de sueldo si no lleva a un niño para que se inscriba en la guardería.
Suele suceder, en ambientes de administraciones aficionadas, que las pérdidas de circulante se reparten entre los débiles, mientras que las ganancias se gastan en privado y por anticipado. Años de crecimiento y sin interrupciones en los pagos del IMSS no se convirtieron en mejores instalaciones ni en mejores salarios para las trabajadoras. Tal vez por eso la sentencia del director general del IMSS: “las guarderías como un derecho, no como un negocio.”(*)
Una consecuencia del estratégico error de no haber procurado fondos prudentes de solvencia es que se da la espalda al personal y se pretende que la parte más empobrecida pague por el desfalco de la pandemia. Traicionar al personal de las guarderías es como pelearse con sus propios soldados en medio de una contienda.
¿A dónde se fueron los niños?
Otra falta de visión consiste en ignorar el avance de algunos grupos de guarderías grandes, en cadenas productivas con los sectores industriales, que están conservando y aumentando su presencia y se quedarán, al final de la primavera del 2021, con más del 15% del segmento del mercado de servicios de cuidado infantil que tenían las Guarderías “Vecinales Comunitarias Únicas” (3). Por difícil que les parezca a los nuevos negacionistas, hay guarderías que están innovando y creciendo.
La otra parte del mercado, especialmente el segmento de niños de familias de más ingresos se está yendo a los servicios privados de guarderías. Estas escuelas, con movimientos bien encauzados en medios, están impulsando estrategias legales y mediáticas que les permitirán negociar aperturas seguras. Están contra la pared y no tienen subsidios del IMSS, así que, si perseveran, seguirán reabriendo y les quitarán a las guarderías del IMSS entre un 5 y un 10% de sus niños.
En un artículo anterior expuse cómo las guarderías del IMSS arrastran 10 años de desocupación anual promedio del 17% de la capacidad total instalada. Así que la reapertura de guarderías o la liberación de inscripciones por cambio de color en el semáforo, no necesariamente se traducirá en que las guarderías se llenen: se darán cuenta de que difícilmente subirán del 60% de ocupación. Niños que jamás volverán.
Avance de los siguientes capítulos
Esta semana puede ocurrir uno de los errores más impactantes para los años futuros de las guarderías. En lo oscurito habrá otra reunión entre uno de los que abogan ganancias rápidas para las guarderías (con comisión) y quien debería ser la máxima autoridad en las guarderías del Instituto. Ellos no tienen nada qué perder, pero las guarderías entrarían en una trampa funesta. Buscan, a nombre de 40 o 50 guarderías, que el IMSS les otorgue un subsidio equivalente al pago que tendrían por los niños inscritos en marzo o julio del año pasado, es decir, una compensación por los niños que perdieron. Cambiarán oro por cuentas de vidrio y el riesgo de que la codicia llegue a oídos del presidente es muy alto, sobre todo cuando el director general del IMSS está subiendo mucho en el primer círculo de Palacio Nacional, es, dicen, uno de los consentidos.
Mientras esa funcionaria del IMSS apoya o no esa petición, por la puerta trasera y mientras todos están distraídos comenzará la acción de los afectados reales: empresas que pagan los servicios y usuarias que no lo reciben. Usuarias desesperadas y con sus hijos en casa comenzarán las gestiones para que el IMSS les indemnice con $4196 por cada mes que sus hijos no reciban el servicio. Este impacto sería fatal para las guarderías; las madres pedirían el dinero y dejarían de llevar a sus hijos a las guarderías IMSS, o los llevarán a las privadas.
Ante ese escenario, en cosa de semanas podrían reabrirse las guarderías en las Delegaciones que todavía las tienen cerradas. La primera etapa del monitoreo remoto (1) está en plena fase de capacitación. Cuando esto comience las guarderías entrarán, aletargadas, en un esquema de competencia y supervisión que nunca imaginaron y se enfrentarán a retos inusuales.
Los siguientes capítulos serán:
1. Las inversiones (¿pagadas por quién?) en los medios tecnológicos para las etapas más proactivas del monitoreo remoto a las guarderías.
2. La capacidad y solvencia económica para la renovación de contratos, que implica la limpieza en el historial crediticio de las guarderías.
3. La pérdida de un segmento del mercado ante una competencia interna (guarderías grandes y resilientes ligadas a la industria) y externo (guarderías privadas que capturen los subsidios otorgados a los asegurados).
4. El lento pero efectivo avance del nuevo modelo de guarderías con la continuación de extraordinarias y modernísimas guarderías.
5. El cambio de las costumbres y temores de las familias respecto a las guarderías, una profunda crisis económica, el desempleo y el cambio en la curva poblacional que coincidirá completamente con la visión tecnócrata de los polígonos de alta demanda visualizados por el director general.
No todo está mal, hay guarderías que avanzan en silencio. Se necesita visión y empatía con toda la comunidad involucrada, el reto lo exige.
(1) Plan Estratégico del IMSS 2020-2024.
(2) Ya hay recursos administrativos solicitados para indemnizar a los usuarios que no reciben el servicio, y existe el acuerdo del Consejo Técnico para indemnizar a los usuarios que por causas de fuerza mayor no puedan recibir el servicio. Algunos dueños de guarderías quieren que se declare “fuerza mayor” la situación… ¿Qué pasará cuando sean miles de usuarios los que soliciten el dinero por un servicio que el IMSS no les proporciona?
(*) IMSS, 2020. Nuevo modelo mixto de colaboración del servicio de guardería.
(3) Escribí otro artículo en este blog donde expongo que el esquema ya no es ni vecinal, ni comunitario, ni único.
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